lunes, 12 de mayo de 2008
Método Doman & Método Kumon: semejanzas y diferencias
Glenn Doman es un fisioterapeuta estadounidense que trabajaba con niños con lesión cerebral. Los estimuló de tal manera que llegaron a superar en aptitudes y cociente intelectual a los niños sanos. Así que se preguntó: ¿qué les pasa a los niños sanos? Y adaptó el método para poderlo aplicar a los niños sin lesión cerebral.
El método Doman se subdivide en:
-programa de lectura
-programa de inteligencia (o conocimientos enciclopédicos)
-programa musical
-programa de matemáticas
-programa de escritura
-programa de excelencia física (aquí, el post de braqueación)
-programa de segundo idioma como lengua extranjera (para las lenguas extranjeras que se enseñan como lengua materna se usa el método de lectura)
Los programas de lectura, inteligencia, matemáticas, lengua extranjera y parte del musical consisten en la presentación de BITS. Los bits son unidades de información que pueden presentarse en cartulina o en presentaciones PowerPoint o similares y que deben reunir los siguientes requisitos:
-ser precisa. Es decir, tiene que ser lo más exacta posible.
-ser discreta. Debe contener un solo elemento. Esto es, que si el bit representa el concepto “mariposa” debe contener exactamente esa imagen, a ser posible sin florecillas, nubes, otros insectos, etc, etc.
-no ambigua. Por ejemplo, si presentamos un wallaby, que es un canguro menor, deberá presentarse como “wallaby” y no como “canguro”
-nueva. Debe tratarse de algo que el niño no conozca todavía. Si el niño ya sabe distinguir un perro de un gato, lo que podemos presentarle son bits de razas de perros o de razas de gatos, pero no los bits “perro” y “gato” que, obviamente, no van a merecer su interés.
En los bits de lectura, lo importante -¡esencial!- es utilizar un tamaño de letra adecuado a la madurez visual del niño así como el tipo de letra y color adecuados. Según Doman, si los niños no aprenden a leer antes es porque hemos hecho la letra demasiado pequeña...
Todo el material se puede preparar en casa y el propio Doman explica en sus libros cómo confeccionarlo.
El OBJETIVO no es que realmente aprendan todo esto que les enseñas con los distintos programas; cuando se da este resultado (y suele darse) se da como CONSECUENCIA, pero nunca debe ser la FINALIDAD de la aplicación del método, sino que la finalidad es estimular el cerebro para ayudarle a crear conexiones neuronales, cuantas más mejor.
Todos los programas se basan en inputs, en información que le presentas al niño quien, a veces, te da un output, esto es, una demostración de que ha conseguido retener la información presentada y conectarla con alguna información recibida anteriormente. Por ejemplo, cuando en las noticias el locutor mencionó Inglaterra y mi hijo (2 años y medio), super contento, me dijo que Inglaterra es donde está Stonehenge, que hablan inglés y que empieza con la letra de Izan. Y porque no tenía el mapamundi a mano… Luego quiso saber qué estaba diciendo el señor de la tele acerca de Inglaterra. ¿No es delicioso?
El “truco” del método Doman es que se hace en sesiones muy muy breves, de modo que el niño no sólo no se cansa sino que se queda con ganas de más, lo cual es positivo para el aprendizaje. Siempre hay que parar antes de que el niño lo pida, antes de que se llegue a aburrir.
Hay una “regla de oro” que siempre debe observarse a la hora de aplicar el método. Glenn Doman dice textualmente: “Si tú o tu hijo no os divertís, déjalo”. Esto debe ser algo divertido, que guste al padre y al hijo, nunca una obligación ni mucho menos una vía de crear niños-genio. Si es divertido, el niño pedirá más y más. Si es divertido, el vínculo que se establece es absolutamente indescriptible. Y, además, no sólo aprende el niño sino también el padre/madre/abuelo que aplica el método.
Desde aquí podéis acceder a todas las entradas del blog referentes al método Doman:
http://tarkuskids.blogspot.com/search/label/Doman
Toru Kumon es un profesor de matemáticas japonés cuyo hijo fracasaba justamente en esta asignatura. Esto hizo que el Sr. Toru Kumon se replanteara la manera de enseñar la materia y diseñó su propio material para enseñar a su hijo, desde lo más básico hasta lo más avanzado, aumentando el nivel de dificultad de forma gradual, paulatina, de modo que el alumno casi ni se daba cuenta de que iba avanzando. Fomenta el autodidactismo y, por ende, la concentración y el hábito de trabajo.
El éxito fue tal, que amigos y conocidos le pidieron copias del material y la expansión del método llegó hasta todo el mundo en forma de franquicias.
El material se presenta en forma de cuadernillos de 10 páginas cada uno y medida de cuartilla que se dividen en 23 niveles. Los niveles no se corresponden a los currículums oficiales de matemáticas, por lo que no sirve como repaso ni para preparar el exámen de recuperación de septiembre. Kumon busca resultados a medio y largo plazo. La mayoría de los alumnos de Kumon van adelantados respecto al nivel de su clase de matemáticas; sin embargo, si dejan el programa suelen quedarse al mismo nivel que el resto de la clase.
Al igual que con Doman, el truco de Kumon es hacer sesiones muy cortas. Los alumnos del primer nivel (que suelen tener entre dos y cuatro años de edad) trabajan entre cinco y diez minutos al día. La duración va aumentando hasta llegar a un máximo de 20 o 30 minutos para los niveles superiores. La diferencia: Kumon ha de trabajarse TODOS LOS DÍAS DEL AÑO, incluidos domingos, festivos y vacaciones y con las únicas excepciones de enfermedad u otras causas de fuerza mayor.
Y, por último, la diferencia fundamental es que Kumon es un curso: has de matricularte y pagas mensualidades, independientemente de que algún día no lo hagas, de que unos meses uses más material o menos. En contrapartida, tienes asignado un tutor, que siempre es alguien con titulación universitaria para poder ejercer la actividad (suelen ser maestros, psicólogos, pedagogos, etc). En la modalidad habitual, el niño asiste al Centro Kumon una o dos veces por semana (depende de cada centro) y se lleva a casa cuadernos suficientes para el resto de la semana. En la modalidad a distancia, el niño nunca acude al centro sino que recibe todo el material en su casa y hace la actividad con los padres, remitiendo después una hoja de resultados al profesor quien indica si es necesario hacer repeticiones de algún cuaderno o si se puede seguir avanzando.
Está empíricamente comprobado que los alumnos de Kumon adquieren ese hábito de estudio y capacidades autodidactas de las que hablábamos y no sólo no tienen fracaso escolar sino que suelen tener un rendimiento superior a la media. Además, ganan en rapidez por lo que concluyen sus tareas de otras materias escolares en menos tiempo, lo cual les deja más tiempo libre.
Visto el éxito del método Kumon de matemáticas, se desarrolló también el método Kumon de lenguaje que ya existe en varios idiomas.
Desde aquí podéis acceder a todas las entradas del blog referentes al método Kumon:
http://tarkuskids.blogspot.com/search/label/Kumon
En definitiva, Doman se presenta como un juego mientras que Kumon es como una clase.
La forma más gráfica que encuentro para expresar la diferencia es decir que Doman es muy americano y Kumon es muy japonés…