Cuando uno (o, normalmente, una) decide aplicar los métodos Doman a sus hijos, lo más normal es que se sienta abrumada por el exceso de información y el sentimiento de tiempo perdido.
Cuando yo leí a Doman mi hijo ya tenía dos años. ¡YA! Mi primer pensamiento fue: cuánto material por preparar y cuánto tiempo perdido... Bien, ante todo, mucha calma: el tiempo con nuestros hijos nunca es perdido. Y nunca es tarde para empezar con Doman porque los bits no tienen edad.
Lo primero que una debería hacer (aunque me consta que muchas no lo hacen) es leer el libro "Como Multiplicar La Inteligencia De Su Bebé"
de Glenn y Janet Doman, ampliamente citado en este blog. Lo segundo, leer el libro de Doman que más se adapte a las necesidades de tu hijo:
-Sí, Su Bebe Es Un Genio (Tu hijo y tú)
(si tienes un bebé)
-Qué Hacer Por Su Hijo Con Lesión Cerebral (Tu hijo y tú)
(si tienes un niño con lesión cerebral)
-Cómo enseñar a leer a su bebé (Tu hijo y tú)
(si tienes un niño sano)
El siguiente paso consiste en conseguir, o bien fabricar, el material de lectura: es decir los bits o tarjetas de palabras.
Esto es así por una sencillísima razón: si empiezas por el programa de conocimientos enciclopédicos -que contiene imágenes- el niño difícilmente se fijará en los bits de lectura, que sólo contienen palabras, o sea, letras, o sea, signos que para él no significan absolutamente nada y que no tienen ningún atractivo. Por tanto, empezamos por el programa de lectura (a menos que tengas un bebé, en cuyo caso puedes empezar por un sencillo programa de bits enciclopédicos destinado a desarrollar su canal visual).
Pueden comprarse kits de lectura en varios sitios y por internet, pero la gran ventaja de fabricarlos tú misma es que puedes elegir qué palabras le vas a enseñar y en qué orden, además de que la lista nunca será cerrada sino que siempre la podrás ir modificando según las preferencias de tu hijo. Las primeras cinco palabras han de ser las más cercanas al niño y la primera debería ser su nombre: esto no lo encontrarás en ningún kit que puedan venderte. Me gusta poner el ejemplo de las cinco primeras palabras que enseñé a mi hijo, que fueron:
-Damián
-mamá
-abuela
-caballo
-boxeo
¡Sí, boxeo! Tiene un saco y unos guantes infantiles que le regalaron por su segundo cumpleaños y le encanta jugar a boxear. El hecho de que las primeras palabras sean las más familiares para el niño hace que la motivación sea inmensa. ¿En qué kit me habrían vendido un bit con la palabra "boxeo"?
Continuemos. Una vez que has elegido las palabras -Doman recomienda comenzar con 200, pero si tu hijo tiene más de un año y medio es probable que pase a la Fase II (pares de palabras) antes de haber visto todas las palabras sueltas (que componen la Fase I)- decía que una vez has elegido las palabras que vas a enseñarles, sólo te queda fabricar los bits. Lo ideal es acudir a una imprenta para que te las vendan a medida. Las imprentas siempre tienen restos de cartulina que para ellos no son más que eso, restos inservibles, en cambio a ti te serán de gran utilidad. Si tu hijo tiene un canal visual maduro, olvídate de los famosos 60x10 de los que habla Doman: puedes usar fichas más pequeñas, como un DIN-A4 apaisado cortado por la mitad.
Si ya tienes la lista de palabras y ya tienes las cartulinas a medida, organízate para empezar a escribir. Puedes proponerte, por ejemplo, hacer cinco tarjetas cada día durante la siesta del niño; o cuando ya se haya dormido por la noche. En pocos días estarás preparada para empezar el programa de lectura y ¡pronto te verás envuelta en el fascinante torbellino Doman!
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