jueves, 22 de mayo de 2008
Aprende cantando
La música es una poderosa herramienta que puede ayudar a niños y adultos en el proceso de aprendizaje de cualquier materia. Es especialmente útil para aprender idiomas extranjeros así como para reforzar el aprendizaje de la lengua materna en niños; pero sirve para todo.
La música mejora el estado de ánimo, por lo que el niño se vuelve más receptivo hacia lo que le estamos tratando de enseñar.
¿No sabes cómo enseñarle algo a tu hijo? ¿Hay alguna materia que se le resista? Inventa una rima y ponle melodía; o usa una melodía que ya conozcas y, simplemente, cambia la letra.
Pero no es necesario inventar: hay cantidad de canciones de las que podemos aprender algo: la repetición frecuente de los mismos versos hace que sean más fáciles de recordar y, por tanto, se incrementa el vocabulario, el conocimiento de la gramática y se retienen sin dificultad los datos o hechos de que trate la canción. La repetición de ritmos y versos, además, hace que el niño pueda anticiparse a lo que va a venir: lo conocido proporciona sensación de seguridad, por lo que se asimila más fácilmente aquello que la canción nos está diciendo.
En definitiva, la música fomenta la atención y la concentración (especialmente la múscia clásica, que goza de muchos otros beneficios, pero este tema da material para un post aparte); incrementa la memoria, estimula la imaginación y sirve para transmitir la cultura y tradiciones (el folklore también da para un post aparte).
Es importante, no obstante, no pedir al niño que cante con nosotros, ni que cante sólo, ni mucho menos exigírselo. Se lanzará a cantar cuando se sienta preparado para ello. Y, creedme, lo hará tarde o temprano, porque la música libera tensiones y, a qué negarlo, ¡aprender cantando es más divertido!