Para los niños menores de tres años el tiempo no existe. Al menos, no tienen la noción del tiempo que tenemos los adultos. Para ellos, sólo existe el ahora, pero paulatinamente van desarrollando la comprensión de las magnitudes del tiempo. Para Piaget, estas nociones no adquieren sentido hasta los siete, ocho o incluso nueve y diez años de edad.
Dada la dimensión única que el tiempo tiene para los niños (esto es, que sólo existe el presente) podemos utilizar los bits de lectura para ir introduciendo este concepto.
Se necesitan los siguientes grupos de bits:
-días de la semana
-números de los días del mes (del 1 al 31)
-meses del año
-un bit con la preposición "de"
Cada día, pondremos los bits correspondientes en la pared, a la altura de la vista del niño. Antes de cambiar la combinación de bits, le decimos: "aquí pone: lunes 2 de junio, esto fue ayer, ahora pondremos el día de hoy". Si lo presentamos como una tarea que el adulto realiza a diario, el niño pronto querrá imitarnos, de modo que lo más probable es que empiece por querer pegar los bits a la pared, y que después empiece a preguntar qué bit hay que cambiar y por cuál, antes de empezar a deducirlo por si mismo.
De este modo van aprendiendo (y aprendiendo a leer) los días, los números y los meses. Aprenden también la secuencia numérica, aprenden a distinguir los días de los meses porque el bit del día se cambia siempre pero el del mes, no. Y empiezan a entrever la diferencia entre ayer y hoy.