miércoles, 12 de junio de 2013

La palabra pronunciada



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Solemos decir que los niños hacen lo que ven y no lo que les decimos. Eso es cierto, aprenden sobre todo por imitación. Sin embargo, no hemos de subestimar el poder de la palabra, que es muy grande. Influimos en los niños cada vez que les elogiamos y cada vez que les criticamos. Programamos su pensamiento y condicionamos su sistema de creencias cada vez que les ponemos una etiqueta, aunque lo hagamos con la mejor de nuestras intenciones. Sobre esto, Alfie Kohn tiene un excelente (y polémico) artículo titulado "Cinco razones para dejar de decir 'muy bien'".


Hay un proverbio oriental muy cierto que dice "hay tres cosas que nunca vuelven atrás: la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida". Bien, nosotros no lanzamos flechas (sólo metafóricamente) pero sobre la palabra pronunciada sí tenemos el control, así que pensemos bien qué decimos y cómo lo decimos, sobre todo a nuestros hijos.

Una de las palabras que más limita a los niños es "no". Hagamos una prueba: durante una semana, intenta decir que "sí" cada vez que tu hijo te pregunte o te pida algo. ¿Cómo hacerlo? Muy fácil, busca siempre una respuesta positiva con la que los dos salgáis ganando. Por ejemplo, si te pide que le compres un juguete y por algún motivo no puedes o no quieres comprarlo, proponle una de estas opciones: buscar la forma de conseguir el dinero necesario para comprarlo; ponerlo en la lista de los Reyes Magos o del cumpleaños; ponerlo en la lista de "cosas para otro día". Si quiere ir a algún lugar, dile que sí, que en cuanto termines lo que estás haciendo iréis, o que el domingo iréis, o que iréis cuando ___________ (pon aquí lo que quieras, pero pone algo concreto).


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Os invito a leer también mi artículo La ley de la atracción y los niños publicado el pasado lunes en la web CreaTuRealidad.com.



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