domingo, 2 de mayo de 2010

Educación y libertad: el índice y un capítulo.


Mucha gente me pide ver el índice de mi libro Educación y Libertad. Lo primero que he de decir es que,cuando entréis en http://www.bit.ly/homeschooling veréis que, justo debajo de la portada, dice "vista previa". Clicando ahí, podréis ver las 10 primeras páginas del libro. Eso incluye el índice.

De todos modos, os lo dejo aquí, así como el capítulo titulado "Pero ¿Cómo se hace?". Espero que os guste.




ÍNDICE
Prólogo, por Toni Mascaró  Rotger
Introducción
Del derecho a la educación y de la libertad individual
Tu hijo no es tuyo (pero tampoco del Estado)
Despejar la X en tiempos de crisis (breve historia de la escuela)
Motivos para no escolarizar
La leche o la paz (sobre los premios y castigos)
Observando el jardín (¿Cómo sabemos que aprenden?)
Encadenados en el sótano (sobre la socialización)
En el limbo de la legalidad
Sacarse la ESO
Pero, ¿cómo se hace?
La comunidad homeschooler en España
Anexo I: Biografías
Anexo II: En busca de la felicidad. Por Tonia Gomila Martí
Anexo III: Carnaval de blogs de homeschooling
Bibliografía


PERO, ¿CÓMO SE HACE?
El día a día


No podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan mañana el mundo de sus sueños, si vosotros ya no creéis en esos sueños; no podéis prepararlos para la vida, si no creéis en ella; no podríais mostrar el camino, si os habéis sentado, cansados y desalentados en la encrucijada de los caminos.

Célestin Freinet

Si os estáis planteando desescolarizar a vuestros hijos (o, directamente, no escolarizarlos) lo más probable es que os veáis abrumados por la cantidad de dudas que os asaltan. Si a esto hay que añadirle la terrible presión exterior a la que probablemente os veréis sometidos por parte de familiares, conocidos, instituciones, etc, entonces está claro que necesitáis unas palabras de apoyo. Todos hemos pasado por esta fase y la hemos superado.
La primera duda es, posiblemente, la más difícil de acallar:

¿Nos estamos equivocando? La respuesta es no. No os estáis equivocando. Estáis tomando la mejor decisión para vuestros hijos. Estáis eligiendo un camino cuyos beneficios a corto y largo plazo son muy superiores a sus desventajas. Y, de todos modos, si en algún momento os arrepentís sinceramente de haberlo intentado, siempre podéis dar un paso atrás y reintegrar a vuestros hijos en el sistema.

La segunda duda es muy lógica para una mente formada según los criterios del sistema escolar, pero se disipa en cuanto empieza el proceso interno de desescolarización:

¿Estamos preparados para hacerlo? Nadie está más preparado para educar a un niño que sus propios padres. Estáis construyendo una relación y una familia; estáis acompañando a vuestros hijos en su proceso de formación como persona. Lo académico es secundario. Encontraréis los recursos adecuados para suplir vuestras carencias, a veces, en los lugares, momentos y formas más insospechados.

Hay diez pasos que son fundamentales cuando se inicia la aventura de educar en casa:
  1. Informaos acerca de la legalidad de esta opción educativa en vuestro lugar de residencia.
  2. Leed acerca del fenómeno homeschooler. Hay libros, webs, blogs y artículos donde podéis encontrar las ventajas y desventajas de la educación en casa, los motivos que llevan a las familias a tomar esta decisión, las recomendaciones de gente experimentada, etc. Leer las experiencias de familias reales siempre ayuda y reafirma en la decisión.
  3. Contactad con otros homeschoolers. Buscad familias en vuestra localidad o provincia y contactad con asociaciones o grupos. El apoyo es fundamental, especialmente cuando se está empezando a educar en casa, y conocer a otras familias en persona también ayuda a disipar las dudas.
  4. Cambiad el chip: preparaos para desescolarizaros. Cuanto más pequeños sean vuestros hijos, más fácil será para ellos este proceso. Si nunca han estado escolarizados, ni siquiera van a necesitarlo. Pero vosotros sí lo vais a necesitar y no va a ser necesariamente fácil. Deberéis desprogramar vuestras mentes de las estructuras escolares. Dejar de pensar en términos de asignaturas, horarios y exámenes. Aprender a confiar en el proceso natural de aprendizaje, a no exigir resultados inmediatos, a respetar los intereses y los ritmos de vuestros hijos más allá de vuestros prejuicios. Tened cuidado de no convertiros en sus profesores. No olvidéis que, ante todo, sois sus padres.
  5. Buscad información acerca de los distintos métodos educativos. Hay muchas pedagogías cuyos principios y cuyos materiales pueden aplicarse a la educación en casa: Pestalozzi, Charlotte Mason, Summerhill, Montessori, Waldorf, educación clásica (las siete artes liberales), etc. Hay formas distintas de enseñar una misma materia: se puede enseñar a leer con un método global o con uno fonético, por ejemplo. Se puede trabajar por proyectos, de modo que las materias se estudien de forma transversal (por ejemplo, al realizar un proyecto sobre el Antiguo Egipto puedes estar aprendiendo historia, geografía, matemáticas, arte, léxico, etc). Pero, sobretodo, no olvidéis que no hay un método mejor que otro. El mejor método es el que os funcione a vosotros. Lo importante no son los materiales que uséis, sino la actitud que toméis.
  6. Estableced prioridades. Deberéis decidir qué cosas son más importantes para vosotros: cumplir determinados horarios, seguir determinado currículo, conseguir determinados resultados, etc.
  7. Sed flexibles. No debe daros miedo cambiar el enfoque inicial de la educación. Apartad los materiales que no os estén funcionando, cambiad de método si os parece necesario y conveniente, dejad los horarios si os están asfixiando. La programación debe serviros de guía, pero no tenéis ninguna obligación de seguirla.
  8. Deberéis estar preparados para responder a las preguntas de gente diversa, gente no siempre bien intencionada. Tampoco tenéis obligación de dar explicaciones a quien no queráis dárselas. Para ello, es sumamente útil estar en contacto con otras familias y ver cómo actúan ellos ante las preguntas de la gente.
  9. El factor sorpresa es fundamental para mantener el interés de los niños. Si todos los días son iguales, si todos los días se levantan a las 9, desayunan, hacen una hora de matemáticas, una de gramática y una de plástica, es más que probable que pronto dejen de tener interés, que se nieguen a hacer las tareas y que, por consiguiente, creáis que habéis fracasado.
  10. Tratad de encontrar todos los recursos disponibles a vuestro alcance: bibliotecas, museos, teatros, academias, internet, gente con la que intercambiar conocimientos, asociaciones culturales, ludotecas, etc.