martes, 17 de mayo de 2016

Método Doman: el objetivo


Constantemente llega gente a esta blog y a nuestra página de Facebook, generalmente madres recientes que acaban de descubrir el método Doman y están fascinadas con él. Está bien. A mi también me pasó. Que alguien confirme lo que ya intuíamos: que los niños tienen un potencial impresionante, que lo que hagamos con ellos en sus primeros años de vida será fundamental y determinante en el desarrollo de sus cerebros y de su inteligencia, que está en nuestras manos ayudarles a desarrollar ese potencial y la capacidad de vivir el aprendizaje como una experiencia positiva y gratificante. ¿Quién no se deslumbraría ante semejante perspectiva?

Y sin embargo, es común que esas madres pierdan de vista el objetivo primordial y pongan el foco de su atención en el lugar incorrecto: el método.

Puede parecer una paradoja: ¿les digo que este método es maravilloso pero que si se enfocan en el método lo están haciendo mal? Sí, eso es lo que digo.

El foco hay que ponerlo en el niño. El objetivo es divertirse, fortalecer el vínculo emocional y, de paso, crear y fortalecer las conexiones neuronales. El aprendizaje es sólo un feliz efecto secundario.

Por poner un ejemplo: Éste es Víctor con sus bits de matemáticas. Tiene 8 meses y su cara lo dice todo: es feliz. Está contento.












El método dice que no hay que dejar que el niño manipule los bits. Pero en nuestro caso, no dejarle acceder a ellos le genera frustración, se enfada y ya no quiere verlos. Y ya saben, que la regla de oro es "si usted o su hijo no se divierten, déjelo, algo están haciendo mal". El propio método, en sus instrucciones, dice que lo importante no es seguir las instrucciones.




En el próximo vídeo responderemos a todas vuestras preguntas. Si tienes alguna duda que te gustaría plantear puedes hacerlo en nuestra página de Facebook o en Youtube. ¡Gracias!


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