sábado, 29 de noviembre de 2008

Por qué los productos lácteos son nocivos para tu hijo



Del boletín de los Institutos Para el Logro del Potencial Humano, traigo este artículo sobre alimentación y salud:


POR QUÉ LOS PRODUCTOS LÁCTEOS
SON NOCIVOS
PARA SU HIJO


La salud de los niños a menudo mejora drásticamente cuando se eliminan los lácteos de su dieta.

Algunos de nuestros productos habituales favoritos resultan ser perniciosos para el cuerpo humano. Cuando las madres acuden a nosotros buscando consejos sobre nutrición, lo primero que hacemos es decirles que eliminen los lácteos. Esto a veces no es bien recibido pero, una vez que las madres ven la mejoría en la salud de sus hijos se hacen partidarias de un programa nutricional sin lácteos.

¿Por qué los productos lácteos suponen un problema para el cuerpo humano?

Los lácteos derivan de la leche de vaca, que es una fórmula altamente específica diseñada para los bebés de vaca, no para los bebés humanos (ni para adultos). Contiene hormonas especiales para los terneros que no son buenas para los humanos, es por esto que ni siquiera la "leche orgánica" es buena para los niños.


La leche de vaca que no es "orgánica" contiene antibióticos y hormonas de crecimiento administrados para aumentar la producción de leche. Estas sustancias son especialmente nocivas para los humanos jóvenes dada la fragilidad de su sistema inmunológico.

La leche de vaca contiene caseína. Puede producir una reacción con los receptores opiáceos en los lóbulos temporales del cerebro, quienes se encargan de la integración del habla y la audición. Merece la pena observar que la hormona péptida de la leche se llama "casomorfina".

Al principio, a las madres les da miedo eliminar los lácteos de la dieta de sus hijos, pero pronto se dan cuenta de que han parado de moquear, las infecciones crónicas de los oídos desaparecen y las ojeras se desvanecen. Las visitas al pediatra menguan y el apetito, el sueño y el comportamiento habitualmente mejoran. En algunos niños también mejoran la comprensión y el lenguaje.

Pruebe este reto: ponga una marca en su calendario en el día de hoy y otra marca exactamente seis meses más adelante.

Elimine todos los productos lácteos desde hoy y, cuando se encuentre la siguiente marca en el calendario, dentro de seis meses, pregúntese qué ha cambiado. Si hay claros cambios a mejor, entonces ahí tiene la respuesta.

Usted habrá dado el primer paso en la creación de un programa nutricional mejor para su hijo. Manténgalo y háganos saber cómo les va.