lunes, 9 de febrero de 2015

Tips para estimular a tu recién nacido




[Boletín Tarkus Kids de diciembre 2014]




Muchos me habéis escrito preguntándome qué cosas podemos hacer para ayudar al desarrollo de la inteligencia desde que el bebé nace. Sabemos que el entorno y los estímulos son fundamentales para el desarrollo del cerebro, no sólo la genética.



Cuando el niño nace, viene equipado con cinco potentes herramientas que le permiten explorar el mundo que le rodea: los cinco sentidos. Este es, por tanto, el cauce que debemos utilizar si queremos fomentar, desde el momento mismo del nacimiento, la formación del cerebro. Éste es una estructura relacional, no es un órgano compuesto por compartimentos estancos, cada uno con una función y donde se almacena la información separadamente, sino que se crea una enorme red de conexiones que podemos ayudar a crear y a fortalecer.



Veamos algunas ideas en función del sentido que vayamos a utilizar:



Tacto: el contacto piel con piel del bebé con la madre es fundamental en las primeras semanas de vida. Tenerle cerca siempre le va a dar la seguridad que requiere. Podemos potearle y también se le pueden dar masajes.



Olfato: aquí también juega un papel esencial la cercanía con otros cuerpos, principalmente el de la madre y, muy especialmente, la lactancia materna. Podemos usar aceites esenciales de olores suaves en los masajes.



Gusto: aunque el sentido del gusto no puede estimularse hasta el nacimiento, algunos estudios indican que se forma desde el tercer mes del embarazo. Además, una dieta variada en la madre hará que el gusto del lactante comience acostumbrarse a diferentes sabores con los que ya podrá experimentar de forma directa a partir de los dos años o un poco antes.



Vista: los recién nacidos son muy sensibles a la luz y los brillos, por lo que debemos ser cuidadosos con las cosas que ponemos a su alcance. La mejor forma de estimular su visión es sacándole a pasear para que pueda ver todo el entorno y eligiendo cuidadosamente la decoración de las zonas de la casa donde vaya a pasar más tiempo, sin estridencias ni sobrecarga de formas y colores.



Oído: el oído es quizás el sentido para el que tenemos más opciones con un recién nacido. Podemos hablarle y cantarle desde antes del nacimiento y después, además, acercarlo para que escuche el latido de nuestro corazón. Es recomendable también la música clásica y el canto gregoriano.



A medida que el niño vaya creciendo tendremos muchas más oportunidades de estimular su desarrollo y él mismo nos va a indicar cuáles son sus preferencias.





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